El desarrollo del mercado de la biomasa ha permitido que en la actualidad exista una gran variedad de biocumbustibles sólidos susceptibles de ser utilizados en sistemas de climatización de edificios. De entre todos ellos, los tipos de biomasa comerciales empleados comúnmente para sistemas de calefacción son:
- Pellets de biomasa: Se conforman como pequeños cilindros procedentes de la compactación de serrines y virutas molturadas y secas, provenientes de serrerías, de otras industrias, o se producen a partir de astillas y otras biomasas de diversos orígenes.
- Astillas: Las astillas de madera son trozos pequeños de entre 5 y 100 mm de longitud. En función de su procedencia y calidad, podemos distinguir astillas de clase 1 y de clase 2. Las primeras provienen de la industria de la primera y segunda transfomación de la madera o maderas forestales muy limpias, mientras que las segundas proceden de tratamientos silvícolas, agrícolas y forestales (podas clareos, entresacas, cultivos energéticos leñosos, etc).
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Astillas |
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Virutas |
- Residuos agroindustriales: Los residuos agroindustriales adecuados para su uso como combustible en calderas de biomasa son fundamentalmente los provenientes de las industrias de la producción de aceite de oliva y aceituna, de las alcoholeras y la uva, y de los frutos secos.
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Cáscara de frutos secos |
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Huesos de aceituna |
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Orujo |
- Combustibles tradicionales: leña y briquetas: Aunque su uso se da con menor frecuencia que el del resto de los biocombustibles sólidos presentados previamente, existen también calderas modernas diseñadas para su uso con leña o briquetas.
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Leña |
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Briquetas |
La leña proviene de trocear troncos que no van a ser utilizados para generar madera, y pueden producirse localmente por los propios usuarios.
Las briquetas son cilindros de biomasa desificada de tamaño superior al del pellet, provenientes normalmente de serrines y virutas de aserraderos. Suelen sustituir a la leña en las calderas.
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