17 septiembre 2011

Pellet


Los sistemas de calefacción por biomasa pueden alimentarse con una gran variedad de combustiblesbiomásicos. Los más utilizados son las astillas, pellets, cortezas, residuos agroindustriales como los huesos de aceituna, cáscaras de frutos secos (almendra, piñón…), poda de vid, poda de olivo, etc. Estos combustibles normalmente tienen la ventaja común de su bajo coste, pero sus características son variables, fundamentalmente en lo que se refiere al poder calorífico y la humedad.
En los últimos tiempos, la tendencia es hacia el uso de combustibles de granulometría mediana y pequeña, pero homogénea, lo que permite un manejo automático o semiautomático que elimine las incomodidades tradicionales del uso de la biomasa a nivel doméstico. 
El combustible por excelencia de este tipo es el pellet. 



Los pellet de biomasa son un biocombustible estandarizado a nivel internacional. Se conforman como pequeños cilindros, con diámetros normalmente comprendidos entre 6 y 12 mm y longitudes de 10 a 30 mm. Generalmente para su fabricación se utilizan materiales residuales de las industrias de transformación de la madera tales como virutas, serrines, polvo de lijado, etc. También es posible utilizar residuos de poda agrícola y de limpieza forestal. En este caso se requiere una serie de tratamientos previos de los residuos como el secado, astillado y/o molienda debido a que las operaciones de peletizado necesitan unas condiciones de humedad y granulometría especiales.
 
Proceso productivo de pellets:
La biomasa, para su adecuado peletizado, ha de presentarse lo más homogénea posible y con unas características de humedad (entre el 8 y el 10%) y granulometría (entre 6 y 8 mm) determinadas y constantes en el tiempo.

Proceso fabricación pellets
  1. Suministro de materia prima a la planta. En todo caso, deberá ser una materia prima de buena calidad (de bajo contenido en sílice y otras materias minerales) y presentar homogeneidad en composición, humedad y granulometría. 
  2. Secado forzado. El secado es una operación imprescindible por la elevada humedad de la materia prima.
  3. Refinado del material. El material, una vez secado, se hace pasar por un molino refinador que iguala los tamaños de partícula a un máximo de 5 mm. 
  4. Compactación. Se trata de hacer pasar el material a través de una matriz perforada, mediante la aplicación de una gran presión (por encima de 100bar) con unos rodillos. Este proceso recibe la denominación de peletizado y en él no se utilizan productos químicos, sino simplemente presión y vapor, aunque es posible encontrar también un porcentaje reducido de aditivos biológicos.
  5. Enfriado. Una vez elaborados los pellets se deben enfriar suave y lentamente para evitar que se produzcan fisuras.
  6. Almacenamiento y logística. Generalmente el almacenamiento se realiza en sacos de 15 ó 25 kg, en big-bags de 800 a 1000kg o en una tolva para la distribución a través de camiones cisterna. 
Existen unos estándares europeos utilizados por la gran mayoría de fabricantes de pellets y calderas de biomasa. Estos pellets están caracterizados por:
  • Densidad media de 700 kg/m3. Esta elevada densidad proporciona una ventaja en el transporte y el almacenamiento.
  • Bajo contenido en cenizas (cerca de 0.5%) y humedad (6-8%)
  • Elevado poder calorífico en función de la materia prima con la que han sido fabricados, que alcanza valores de hasta 4.000-4.500 kcal/kg. Es interesante saber que dos kilogramos de pellets equivalen a un litro de gasóleo.   

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